Respuesta :

La duda en la filosofía cartesiana se convierte en el método que le permite establecer su famoso cogito " Pienso, luego existo" a partir del cual se hallan a su vez los criterios generales de certeza, que son la claridad y la distinción. Ahora bien, Descartes como el máximo representante del racionalismo en aquella época rechaza duramente la antigua filosofía de los estoicos medievales y a los escépticos. Los primeros porque tenían una concepción de las ciencias que no funcionaba, es decir porque defendían una serie de posturas muy arraigadas en el catolicismo como por ejemplo la absoluta confianza en la iglesia en detrimento y menosprecio a la razón. [Ojo con esto, repasar la influencia de los estoicos en Descartes.] Y en cuanto a la critica a los escépticos viene por el hecho que ellos dudan de todo, y no consiguen dar un paso adelante y avanzar en su filosofía, ya que como no aceptan nada como verdadero y se niegan a aceptar la posibilidad de alcanzar una verdad absolutamente cierta, se quedan en un estado de bloqueo mental, y se mantienen de esta manera en la epojé una situación que garantiza la tranquilidad y la paz interior.


A diferencia de estas corrientes filosóficas Descartes confía en la razón y en la posibilidad de alcanzar una certeza absolutamente verdadera. Para ello utilizará la duda como un método, de ahí la denominación la duda metódica bajo cuya especulación somete principalmente tres "elementos" [mejor: la duda metódica, que lleva adelante en tres pasos]: los sentidos que nos engañan y nos proporcionan un conocimiento probable pero no seguro. A continuación analiza la confusión que existe entre la realidad y el sueño, que a veces forma como un todo conjunto confuso en el cual es difícil distinguir la vigilia del sueño. De esta manera duda incluso de la propia existencia del mundo material cuya "visión" podría ser fruto de la imaginación. [Atent@s a esto, que es importante: al decir que todo puede ser un sueño lo que hace es poner en duda la existencia del mundo material, como dices. Luego tendrá que volver a recuperar esa existencia, vía la demostración de la existencia de Dios, como sabemos.] Y ya como un caso extremo Descartes duda sobre la posibilidad de la existencia de un Genio Maligno (la duda hiperbólica) cuya misión consistirá en arrastrarnos hacia el error y la equivocación constantemente incluso entonces cuando estábamos seguros de haber encontrado la certeza. [Ojo, el argumento del genio maligno no está en el Discurso del Método, sin en las Meditaciones Metafísicas, otra obra de Descartes. ]

Hecho este análisis es conveniente destacar que el "uso" de la duda cartesiana no es una tendencia que se acerca de forma extrema al escepticismo, sino que es una duda de carácter metódico que precisamente tratará arrebatar [¿?, de derrotar] al escepticismo y encontrar una certeza absolutamente verdadera que permitirá el desarrollo del resto de su filosofía.