Respuesta :

La contaminación Agrícola esta referida a la alteración de entorno natural en las áreas rurales, esto se provoca por el cambio de uso de suelo, fertilización química excesiva, aplicación de plaguicidas, que hay provocado la contaminación de suelos y mantos freáticos y corrientes naturales de agua, así como un incremento en plagas dañinas, disminuyendo la capacidad productiva de un área, dentro del agrícola.
El problema más prioritario de nuestro tiempo, después únicamente del relativo a la disponibilidad de agua potable, es el del acceso a los alimentos. Por ello, la agricultura es un componente dominante de la economía mundial. Si bien la mecanización de la agricultura en muchos países ha reducido espectacularmente la parte de la población que trabaja en ese sector, la necesidad acuciante de producir alimentos en cantidad suficiente ha repercutido en las prácticas agrícolas de todo el mundo. En muchos países, esta presión ha originado una expansión hacia tierras marginales y normalmente está asociada a la agricultura de subsistencia. En otros, la necesidad de alimentos ha llevado a la expansión del riego y a una utilización cada vez mayor de fertilizantes y plaguicidas con el fin de lograr y mantener rendimientos superiores. La FAO (1990a), en su Estrategia sobre los Recursos Hídricos y el Desarrollo Agrícola Sostenible, y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), en los capítulos 10, 14 y 18 de su Programa 21 (CNUMAD, 1992), han puesto de manifiesto la dificultad de garantizar un suministro suficiente de alimentos en el siglo XXI.
La agricultura sostenible constituye uno de los mayores desafíos. Esta sostenibilidad supone que la agricultura no sólo es capaz de garantizar un suministro sostenido de alimentos, sino que sus efectos ambientales, socioeconómicos y sanitarios se reconocen y contemplan en los planes nacionales de desarrollo. En el Recuadro 1 puede verse la definición de desarrollo agrícola sostenible adoptada por la FAO.

Desde finales de los 80 se han dado varias epidemias asociadas con frutas y verduras contaminadas y el número de estas epidemias se ha duplicado, incrementando la preocupación de la industria de las frutas y verduras, las agencias gubernamentales y presión de los consumidores por alimentos inocuos.

 Las frutas y verduras pueden ser cosechadas en el campo, acondicionadas y empacadas en una planta empacadora, trasladadas a otros lugares y reempacadas en otra empacadora; luego son almacenadas, exhibidas para la venta o servidas para consumo en diversos lugares de venta o en el hogar. Cada uno de estos pasos representa una oportunidad para que los microorganismos dañinos puedan contaminar los alimentos. Por tanto las medidas dirigidas a prevenir y/o controlar la contaminación microbiana comienzan desde la siembra y terminan hasta que el producto llega a manos del consumidor.